sábado, 6 de abril de 2013

20 años después..


Yo, 7 años, de seguro incomoda por el maquillaje ochentero abundante, diente chuecos, con todas las ganas de vivir, aspirante a ser doctora, enamorada de mi papá y Jim Morrison, teatrera, actriz de los cuentos, narradora literaria con mis muñecas y peluches, toda la vida por delante, 20 años después anhelo tener el corazón de esa niña, un corazón restaurado por el amor de Dios. Veo el transcurso de mi vida, como quien ve una película, hay escenas hermosas, llenas de bonitas memorias, escenas extremadamente felices, pero hay escenas demasiado tristes, escenas que quisiera borrar para siempre, escenas que me causan extrema vergüenza, escenas en las que quisiera que una actriz doble estuviese en mi lugar. La buena noticia es Dios me hizo nueva, y que desde antes de la creación del mundo ÉL ya tenía todo este camino trazado. Gracias a Dios por esas escenas horribles que quise borrar, ÉL ya las borró de una vez y para siempre en la Cruz. Gracias a Dios por que sin tanto tropiezo yo jamás lo hubiese conocido. Bendeciré su nombre por la eternidad!

viernes, 15 de marzo de 2013

Ese ladrón al lado de la cruz..

Nació victima de un pecado, su madre tomo prestado un amor que no le pertenecía
Creció entre soledad, desprecio y llanto
Nunca fue aceptado por los niños en la sinagoga por su falta de conocimiento a las escrituras
Fue expulsado irrevocablemente de la escuela de letras
Su cara era tan mezquina como su corazón
Resentido con la vida, con el creador, con su suerte
Era torpe en su hablar, caminar y hacer
Fue tanta su desdicha que su nombre jamás fue mencionado
Aprendió el único oficio en el que era bueno: aprendió a robar
Su corazón de carne se convirtió en piedra, casi irrompible, indestructible, solido.
En el dolor, su gozo.
En el espanto, su fortaleza.
En el terror, su satisfacción.
Un día, ya escrito, se topo con la justicia, fue puesto tras las rejas, sus pesadas cadenas llevaban los ecos de sus victimas, las barras de las celdas cada una le recordaban su cruel naturaleza y las oraciones de su madre.
Fue sentenciado a morir, "Qué más da?" pensó, él sabia que había nacido muerto.
Con orgullo asumió la cruz, la llevo sin pesar en su alma, como un héroe lleva su trofeo.
Fue hasta que lo vio, vio el resplandor que nunca antes logro ver..
La corona de espinas, los latigazos, sus marcas por amor, sus ropas echadas a suertes, su sangre derramándose..
Entonces fue feliz, su corazón se lleno de sangre, de vida, de esperanza...las cadenas se rompieron en su interior
Dio gracias al creador, a aquel que tanto suplico en el pasado en esas noches de silencio entre lagrimas desgarradoras, dio gracias por haberlo hecho tan miserable, por su maldad, por su corazón cegado.
Sabia que ese era el pasaporte para conocer al verdadero Dios, al de los profetas.
Y creyó, creyó que estaba junto al Salvador.
Bendito sea el Dios de los profetas! El mesías ha llegado! ...Pensó
 y su boca exclamó las primeras palabras para las cuales fue creado: "Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino"


Al que fue..

Al que fue, porque fuiste y no serás 

Te escribo porque soy libre, porque tu fantasma ya no me asusta ni se esconde en mi armario, te escribo porque estoy desempacando promesas que ya no se engranan entre si. 

Te escribo porque estoy siendo sincera con mis órganos internos, por mis dos hemisferios, por mi mapa, por mis años, por esas canas que esperaron verte, por mis manos desmedidas, por mis entrañas, esas que te amaron, te anhelaron y te esperaron, que guardaron silencios, preguntas y respuestas, que vieron oscuridad agonizante, que llevaron tu nombre..antes imborrable, esas que respiraron por vos, que sonrieron al compás de tu risa.

Te escribo por lo que fue y ya no es.

Te escribo en nombre de tantos cafés solitarios, por tantas canciones sin melodía, te escribo en tu nombre  por primera y ultima vez, te escribo para que el viento se lleve estas letras lejos, allá donde estas, bien lejos, bajo tierra, bajo el mar.

Te escribo porque hace ratos no duele, hace ratos el juez dictó libertad, te escribo porque me encontré en donde me extravíe, te escribo porque mis pies caminan, mi boca habla y mis ojos ven, ya no estoy muerta. te escribo porque hoy respiro, canto, vivo y bailo en son de la esperanza. Te escribo porque el escritor decidió cambiar el final de la obra..

Te escribo porque fuiste y no serás.

jueves, 20 de diciembre de 2012

Mi brújula y mi ancla.

"Señor, no sé como no me has consumido?" y así comenzó mi historia de amor, del amor verdadero, del que salva, del que restaura, del que brota de lo eterno, del que te hace nuevo todos los días, del que te hace morir para vivir, del que quita toda tristeza y la convierte en gozo, del amor pleno, del que comenzó en una cruz. Lo ví, lo palpe por años y años, quizás hasta lo llegue a menospreciar y definitivamente llegue a repudiarlo por meses enteros.
ÉL llego cuando estaba muerta para darme vida en ÉL mismo, alumbrándome aún en mi propias tinieblas, me sedujo, me atrajo, me atrapo.

Por años en el desierto cambie de brújulas que me llevaron a espejismos y delirios fascinantes, no miento, pero que secaron mi alma y mi espíritu al punto de no saber quien era, ni para donde iba, dispuesta a ceder por sentirme amada del todo, cambiando mi destino ya escrito por cantos de sirenas que yo misma escogí.  Pienso que un día le dolí a Dios en su corazón que decidió darme de su agua para no morir seca en la arena, me imagino esa imagine tan diminuta yo, tan insignificante, tan aberrante, tan pecadora ante su poder, majestad, santidad.

Más que encontrar la brújula para la cual fui creada, encontré el ancla donde mi vieja yo quedo enterrada para siempre, donde mi historia escrita por mi muere, y donde el autor de mi vida comienza a crear su obra en mi por todos los siglos hasta que ÉL cumpla su promesa de regresar por mi.

Te amo, Jesús.